La digitalización ha traído enormes beneficios, pero también desafíos: el fraude en línea se ha disparado en México. De acuerdo con la CONDUSEF, los casos de fraude cibernético han crecido más de un 52 % en los últimos tres años, afectando principalmente a la banca, fintechs y al comercio electrónico.
Las cifras son alarmantes: cada hora se detectan en promedio 463 intentos de fraude en el sector financiero mexicano. Esto no solo genera pérdidas millonarias, también debilita la confianza de los usuarios y frena el crecimiento del ecosistema digital.
Frente a este panorama, las soluciones tradicionales de seguridad —como contraseñas o preguntas de verificación— ya no son suficientes. Aquí es donde entra Unico, una empresa que propone un modelo más robusto y confiable.
Uno de los movimientos más importantes de Unico fue la adquisición del negocio de passkeys de OwnID. Esto le permite integrar una tecnología que puede marcar el final de las contraseñas tradicionales.
Las passkeys se apoyan en biometría (huella dactilar, reconocimiento facial) y dispositivos seguros, lo que evita que los hackers accedan mediante filtraciones de contraseñas o ataques de phishing.
La propuesta de Unico no solo protege mejor, sino que reduce la fricción en la experiencia del usuario:
• Nada de recordar contraseñas complicadas.
• Nada de resetear accesos olvidados.
• Validaciones más rápidas y seguras en cada transacción.
Los primeros en adoptar este tipo de soluciones son los sectores más expuestos al fraude:
La combinación de biometría y passkeys permite a estas industrias reducir riesgos y pérdidas, al mismo tiempo que brindan una experiencia fluida al cliente.
La apuesta de Unico va más allá de ofrecer un producto: busca construir una red de identidad digital global.
Este enfoque colaborativo permite que, mientras más organizaciones se sumen a la red, más fuerte y precisa será la detección de fraudes.
El beneficio para los usuarios y las empresas
El impacto de estas soluciones puede transformarse en beneficios tangibles:
La propuesta de Unico representa un paso significativo en la evolución de la seguridad digital. Al combinar la conveniencia de las passkeys con la solidez de una base biométrica validada, esta tecnología no solo simplifica el proceso de inicio de sesión, sino que también refuerza la protección de nuestra identidad en línea. Este enfoque podría marcar un antes y un después en cómo gestionamos nuestro acceso a servicios digitales, especialmente en regiones como México y Latinoamérica, donde la adopción de nuevas tecnologías de autenticación es clave para combatir el fraude.
Si esta tendencia de autenticación sin contraseña se consolida, podríamos estar al borde de una revolución. Las contraseñas, que durante décadas han sido la piedra angular de nuestra seguridad digital a pesar de sus vulnerabilidades, podrían finalmente volverse obsoletas. Esto daría lugar a un futuro donde la autenticación es más segura, fluida y confiable.
En esta nueva era, la confianza en el mundo digital se fortalecería, ya que los usuarios no tendrían que preocuparse por recordar múltiples contraseñas, ni por los riesgos asociados a su robo o filtración. La identidad biométrica se convertiría en la llave de acceso, ofreciendo una barrera mucho más difícil de superar para los ciberdelincuentes. El resultado sería un ecosistema digital más seguro para todos, donde el fraude se vería drásticamente reducido, abriendo el camino hacia una experiencia en línea más tranquila y protegida.
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